A la hora de ir a visitar una vivienda con intención de comprarla los sentidos se agudizan y el del olfato, ¡más!
Molestan tanto los ambientes que no huelen bien (mascotas, humedad, comida, “olor a cerrado”) como aquellos en los que el ambientador o la colonia son excesivos.
Que huela bien, pero sin que se note.